Datos y cifras
- La enfermedad de Parkinson es una afección degenerativa del cerebro asociada a síntomas motores (lentitud de movimientos, temblores, rigidez y desequilibrio) y a otras complicaciones, como el deterioro cognitivo, los trastornos mentales, los trastornos del sueño y el dolor y las alteraciones sensoriales.
- A nivel mundial, la discapacidad y las defunciones debidas a la enfermedad de Parkinson están aumentando más rápidamente que las debidas a cualquier otro trastorno neurológico.
- El diagnóstico clínico de la enfermedad de Parkinson emitido por trabajadores de la salud no especializados y las directrices terapéuticas simplificadas ofrecen una mejor gestión en la atención primaria.
- La levodopa/carbidopa, el medicamento más eficaz para mejorar los síntomas, el funcionamiento y la calidad de vida de los afectados por esta enfermedad no es accesible, asequible ni está disponible en todas partes, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos.
Panorama general
La enfermedad de Parkinson es una afección degenerativa del cerebro asociada a síntomas motores (lentitud de movimientos, temblores, rigidez, trastornos de la marcha y desequilibrio) y a una amplia variedad de complicaciones no motoras (deterioro cognitivo, trastornos mentales, trastornos del sueño, y dolor y otras alteraciones sensoriales). Las deficiencias motoras, como las discinesias (movimientos involuntarios) y las distonías (contracciones musculares involuntarias y dolorosas) propician las limitaciones del habla, la movilidad y otras restricciones en numerosas esferas de la vida. La progresión de estos síntomas da lugar a altas tasas de discapacidad y necesidades de atención. Numerosas personas con la enfermedad de Parkinson también desarrollan demencia durante el transcurso de la enfermedad.
Aunque la enfermedad de Parkinson es el trastorno del movimiento más común, existen otros trastornos del movimiento como la atrofia multisistémica, la parálisis supranuclear progresiva, la corea, la ataxia y la distonía. Algunos trastornos del movimiento presentan síntomas similares a los de la enfermedad de Parkinson, como el temblor, la lentitud de movimientos y la rigidez. Todos los trastornos del movimiento comportan los mismos retos que la enfermedad de Parkinson en lo que respecta a las brechas de diagnóstico y terapéutica y al acceso a los medicamentos, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos.
Entre los factores de riesgo de la enfermedad de Parkinson cabe mencionar el aumento de la edad, aunque las personas más jóvenes también pueden verse afectadas. Esta enfermedad afecta más a los hombres que a las mujeres. Varios estudios han demostrado que factores ambientales como los plaguicidas, la contaminación atmosférica y los disolventes industriales podrían aumentar el riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson.
Se desconocen las causas de la enfermedad, pero se cree que puede deberse a una compleja interacción entre factores genéticos y la exposición a factores ambientales como los plaguicidas, los disolventes y la contaminación atmosférica a lo largo de la vida.
Situación epidemiológica
A nivel mundial, la discapacidad y las defunciones debidas a la enfermedad de Parkinson están aumentando más rápidamente que las de cualquier otro trastorno neurológico. La prevalencia de la enfermedad de Parkinson se ha duplicado en los últimos 25 años. Las estimaciones mundiales en 2019 mostraban una cifra superior a 8,5 millones de personas con esta enfermedad. Las estimaciones actuales parecen indicar que, en 2019, la enfermedad de Parkinson provocó 5,8 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad, lo que representa un aumento del 81% desde el año 2000, y causó 329 000 fallecimientos, lo que equivale a un aumento de más del 100% desde el año 2000.
Evaluación y atención
La enfermedad de Parkinson es un diagnóstico clínico que no solo pueden establecer los neurólogos, sino también los trabajadores de la salud no especializados. La evaluación y el tratamiento de la enfermedad de Parkinson que llevan a cabo en la atención primaria trabajadores de la salud no especializados son especialmente importantes en zonas en las que no se dispone de servicios neurológicos especializados, como en algunos países de ingresos bajos y medianos.
Aunque no hay cura, los medicamentos, el tratamiento quirúrgico y otras terapias pueden tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson. La levodopa/carbidopa sigue siendo el medicamento más común y eficaz, y figura en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS. Otros medicamentos, como los anticolinérgicos, o terapias como la estimulación cerebral profunda, también pueden tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson, especialmente los temblores, así como reducir la ingesta de otros medicamentos. Sin embargo, numerosos medicamentos y recursos quirúrgicos no son accesibles o asequibles, o no están disponibles en todas partes.
Como sucede con numerosos trastornos neurológicos degenerativos, el tratamiento no farmacológico, como la rehabilitación, puede ofrecer un alivio. Algunos tipos específicos de fisioterapia, como el entrenamiento de fuerza, los ejercicios de movilidad y equilibrio y la hidroterapia, pueden ayudar a mejorar el funcionamiento y la calidad de vida de las personas con la enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento. También pueden reducir la presión sobre los que atienden a las personas con esta enfermedad.
La telemedicina también puede utilizarse para mejorar el acceso de las personas con la enfermedad de Parkinson a los servicios de atención.
Impacto en las familias y en quienes atienden a las personas con la enfermedad de Parkinson
Quienes atienden informalmente a las personas con la enfermedad de Parkinson (por lo general, familiares y amigos) dedican muchas horas al día a dichos cuidados. Esto puede resultar abrumador. La presión física, emocional y económica puede causar un gran estrés a las familias y a los que atienden a estas personas, y es necesario que los sistemas de salud, sociales y financieros y los ordenamientos jurídicos les presten apoyo. Se pueden aprovechar recursos de apoyo útiles de otras afecciones, como el programa iSupport de la OMS para la demencia.
Derechos humanos
Las personas con la enfermedad de Parkinson son a menudo objeto de estigmatización y discriminación, como la discriminación injusta en el lugar de trabajo y la falta de oportunidades para implicarse y participar en sus comunidades.
Al igual que el resto de la población, las personas con la enfermedad de Parkinson necesitan servicios de salud accesibles para satisfacer sus necesidades de atención de salud generales, entre ellas el acceso a los medicamentos, los servicios de promoción y prevención, y un diagnóstico, tratamiento y atención rápidos. Un obstáculo frecuente radica en los conocimientos insuficientes y las ideas equivocadas que tienen los proveedores de atención de salud sobre la enfermedad de Parkinson y los mitos de que esta enfermedad es contagiosa o una consecuencia normal del envejecimiento.
Respuesta de la OMS
En mayo de 2022, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó el Plan de Acción Mundial sobre la Epilepsia y otros Trastornos Neurológicos. Este Plan de Acción tratará de dar solución a los desafíos y las deficiencias existentes a nivel mundial en la prestación de atención y servicios a las personas con epilepsia y otros trastornos neurológicos, como la enfermedad de Parkinson, y asegurará una respuesta integral y coordinada en todos los sectores. Esto incluye dar mayor prioridad a las políticas y reforzar la gobernanza, proporcionar diagnósticos, tratamientos y atención efectivos, oportunos y con capacidad de respuesta, aplicar estrategias de promoción y prevención, fomentar la investigación y la innovación y reforzar los sistemas de información.